“Cualquier idea es buena para que Londres siga siendo la mejor ciudad del mundo”. Con esta declaración de intenciones, Boris Johnson, alcalde bicifriendly de la capital inglesa,
se mostraba abierto a recibir ideas de cualquier tipo para mejorar la
vida de la urbe. Norman Foster le ha tomado la palabra y, esta semana,
ha presentado SkyCycle. Una red ciclista aérea, que seguiría el trazado
de las líneas de ferrocarril de Cercanías y que conectaría el centro con
las conurbaciones. Ese itinerario, ideado para los trenes de vapor,
evita las pendientes y comunica a más de seis millones de personas. “Se
trata de aprovechar este legado histórico”, aclaran, en un comunicado,
los ideólogos.
Las diez rutas aéreas propuestas tendrían 15 metros de ancho y ofrecerían un recorrido seguro para más de 12.000 ciclistas por hora. Se accedería a ellas a través de 200 puntos distribuidos por la urbe y disminuirían el tiempo medio ciclista invertido en cruzar la ciudad en unos 29 minutos, según los diseñadores. “Los grandes proyectos han transformado la historia de la capital”, afirma Anna Rose, directora de Space Syntax en el texto de presentación de SkyCycle. “El sistema de alcantarillado de Bazalgette ayudó a eliminar la amenaza del cólera y mantuvo a Londres en la vanguardia de la revolución industrial; el metro hizo accesible el centro a mucha gente que vivía en las afueras y aporto un nicho laboral. SkyCycle se concibe en esta tradición como una red estratégica, que conecta las afueras con el centro a pedales, generando una red segura y necesaria para los cientos de millones de desplazamientos ciclistas que se realizan cada año”, añade.
El coste de SkyCycle parece no ser un problema, mucho más bajo que la construcción de nuevas carreteras y túneles, según cálculos de los defensores. Tras una presentación ante Network Rail, la autoridad británica responsable de las vías de ferrocarril, el equipo de diseñadores calculó que la construcción de 6,5 kilómetros de ruta, que uniría Stratford con la estación de Liverpool Street siguiendo la línea del metro ligero, costaría 220 millones de libras (264 millones de euros). Además de la inversión pública, los defensores de SkyCycle defienden la explotación comercial de algunos de los puntos así como la posible regeneración de determinadas zonas gracias a las vías ciclistas.
El ciclismo urbano es una tendencia de movilidad en Londres. El sistema de bicicleta pública, llamadas Boris Bikes en honor al alcalde torie y probici, ha consolidado las dos ruedas y ha multiplicado su uso. A pesar de ello, solo un 2% de los trayectos diarios se realizan a pedales. El año pasado, seis accidentes ciclistas ocurridos en dos semanas, provocaron multitud de protestas entres los usuarios de los pedales, que reclamaban mayor seguridad. A pesar de ese brote, el número de fallecidos sobre dos ruedas en la capital en 2013, 14 personas, no aumentó con respecto al año anterior. "Usando los corredores de Cercanías podemos crear una red global, segura y sin coches perfecta para los ciclistas", añade Foster.
Las diez rutas aéreas propuestas tendrían 15 metros de ancho y ofrecerían un recorrido seguro para más de 12.000 ciclistas por hora. Se accedería a ellas a través de 200 puntos distribuidos por la urbe y disminuirían el tiempo medio ciclista invertido en cruzar la ciudad en unos 29 minutos, según los diseñadores. “Los grandes proyectos han transformado la historia de la capital”, afirma Anna Rose, directora de Space Syntax en el texto de presentación de SkyCycle. “El sistema de alcantarillado de Bazalgette ayudó a eliminar la amenaza del cólera y mantuvo a Londres en la vanguardia de la revolución industrial; el metro hizo accesible el centro a mucha gente que vivía en las afueras y aporto un nicho laboral. SkyCycle se concibe en esta tradición como una red estratégica, que conecta las afueras con el centro a pedales, generando una red segura y necesaria para los cientos de millones de desplazamientos ciclistas que se realizan cada año”, añade.
El coste de SkyCycle parece no ser un problema, mucho más bajo que la construcción de nuevas carreteras y túneles, según cálculos de los defensores. Tras una presentación ante Network Rail, la autoridad británica responsable de las vías de ferrocarril, el equipo de diseñadores calculó que la construcción de 6,5 kilómetros de ruta, que uniría Stratford con la estación de Liverpool Street siguiendo la línea del metro ligero, costaría 220 millones de libras (264 millones de euros). Además de la inversión pública, los defensores de SkyCycle defienden la explotación comercial de algunos de los puntos así como la posible regeneración de determinadas zonas gracias a las vías ciclistas.
El ciclismo urbano es una tendencia de movilidad en Londres. El sistema de bicicleta pública, llamadas Boris Bikes en honor al alcalde torie y probici, ha consolidado las dos ruedas y ha multiplicado su uso. A pesar de ello, solo un 2% de los trayectos diarios se realizan a pedales. El año pasado, seis accidentes ciclistas ocurridos en dos semanas, provocaron multitud de protestas entres los usuarios de los pedales, que reclamaban mayor seguridad. A pesar de ese brote, el número de fallecidos sobre dos ruedas en la capital en 2013, 14 personas, no aumentó con respecto al año anterior. "Usando los corredores de Cercanías podemos crear una red global, segura y sin coches perfecta para los ciclistas", añade Foster.
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